martes, 11 de octubre de 2011

Realidad Astronómica

"Cuando llora la Luna". Muchas veces escuché esa frase sin poder adjudicarle una explicación. Siempre en mi eterna búsqueda por eliminar su abstracción, intentar transformarla en algo tangible, en algo real.
´Será la lluvia´ pensaba yo antes, pero la actividad de la Luna empieza de noche. Solo las lluvias nocturnas estarían explicadas con ese razonamiento. Las diurnas no. Pero tampoco podemos decir que sean del Sol, porque el Sol no llora. O quién sabe sí, pero sus lagrimas son evaporadas al instante por las altas temperaturas de su cuerpo. ¿Y por qué lloraría la Luna? Básicamente porque la crisis afecta a todos. La Luna es pobre: no tiene oxígeno, ni atmósfera, ni vida. Y todos sabemos que nuestro satélite tampoco tiene luz propia. Se la alquila al Sol, y éste último subió sus cuotas en el último tiempo (claro convenio con las excesivamente privatizadas compañías de luz). Fíjense que la Luna nunca tuvo una buena posición económica, siendo que sólo tiene luz de noche, cuando las tarifas son reducidas. Y ahora tal vez ni siquiera eso... Se que últimamente anduvo tirando algún que otro currículum, en ciertos planetas que ofrecían trabajo de satélite. Pero la competencia es grande y con las nuevas reformas tecnológicas, y los satélites artificiales, totalmente robotizados, no hay mucho por hacer. Igual no creo que sea despedida aquí por ahora. Nuestro planeta hizo algunas reducciones de personal, pero sólo se trataba de pequeñas estrellas cadete que había, bastante prescindibles. Claro que algunas todavía siguen trabajando, porque el mensaje de despido tarda millones de años luz en llegar a ellas; al igual que su indemnización. 

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